De nuevo vuelvo a este viejo enclave cercano a mi domicilio,
poco conozco de su pasado posiblemente ligado a guardas y fincas de una época más
dura de nuestra historia. Hoy bastante frecuentado por fotógrafos y aficionados
a esto de la noche.
Su distribución y estado lo hacen ideal para pasar largas
noches en las que dar rienda suelta a nuestras ideas.
¿Será verdad que la noche termina volviéndole a uno loco?